MENTIRAS INFANTILES

Todos los padres en algún momento se enfrentan a diversas mentiras de sus hijos y deben intuir y aclarar si lo que dicen es real o es una fantasía.

Hasta los  cuatro años el niño se comporta como le gustaría a sus papás, pero si hace algo que sabe no les va a gustar, sencillamente, no lo  cuenta. A los menores de entre cuatro y cinco años de edad les gusta crear cuentos e inventar historias, esta es  una actividad normal, ya que a ellos en esta etapa del desarrollo les divierten escucharlos y los pueden inventar. Aunque en ocasiones confunden la realidad con la fantasía. Entre los seis y los siete años el niño ya es consciente de haber mentido y se va a sentir mal, incluso si no lo han descubierto.

Un niño puede mentir  como resultado de sentimiento de frustración, por imitar a los adultos si se da cuenta que ellos mienten cuando les interesa, para el niño será una conducta “normal” y piensa  que las mentiras se pueden usar a conveniencia y como lo hacen los adultos. Otra razón puede ser  cuando el niño es muy tímido o muy temeroso y lo que hará, será mentir u ocultar las cosas. También los niños si se sienten poco atendidos mienten para llamar la atención, llegan a incluso a argumentar una dolencia inexistente. Sin embargo la mayor parte de las mentiras son a causa del temor de ser castigados por sus padres. Temor que ocurre cuando los padres son rígidos y el niño tiene miedo de perder el amor de sus padres ante alguna falta.

Un niño puede decir mentiras para no tener que hacer algo o para negar la responsabilidad de sus acciones.
Cuando ocurre lo más conveniente para los padres es hablar con sus hijos y explicarles la importancia de decir la verdad, la importancia de la honradez y la confianza.

Hay ocasiones en que los niños mienten por que no tienen la capacidad de distinguir entre lo real y lo imaginario y es con estos niños con quienes se debe iniciar una psicoterapia ya que ellos no tienen la conciencia de que están mintiendo.

Es muy importante explicar la importancia de la sinceridad, como un valor, y de hacerse responsable de sus acciones aunque están no hayan sido tan buenas. Se debe resaltar y reforzar el reconocer la mentira y decir la verdad aunque no sea tan agradable  y nos cause cierta molestia. Es importante evitar mentirles a nuestros hijos y a otras personas ya que debemos ser un ejemplo para ellos. Cuando los niños mienten para evitar un castigo, debemos analizar la posibilidad que estemos siendo muy rígidos con nuestros hijos y no les estamos permitiendo favorecer la confianza de ellos hacia nosotros como padres. De manera que será oportuno conversar sobre el  castigo, la mentira y la necesidad de mejorar esas conductas y ser muy claros para que comprendan que si cometieron un error se debe afrontar y asumir las consecuencias. De manera que como padres, debemos ser el ejemplo para nuestros hijos.                                                                                               ALR